Cuando estoy malita, te pones a mi lado a abrazarme, diciéndome que ya no me darás esos sustos tremendos de siempre, pero que me ponga buena pronto! porque quieres que juege contigo.
Yo sé, que cuando seas lo suficientemente mayor, serás capaz de apoyarme en todo, y animarme como siempre.
Muchas veces, mis amigas se quejan de lo malos que son sus hermanos, dicen estar harta de ellos. Yo no soy así. No niego, que me suelo enfadar contigo, bebé. Pero es normal, tengo poca paciencia, y en ocaciones eres un tanto pesado, pero ya está.
Pero de ahí, a decir que estoy harta de ti, jamás. No he llegado al punto de decirles: cambiemos de hermanos, como dicen ellas.
Yo a ti no te cambiaría por nada del mundo. Porque me costó mucho tenerte. Me costó años de insistencia a papá y a mamá, porque yo quería un hermano.
Cuando mamá llegó a casa con la noticia, de que ya vivías en su vientre, me puse a dar saltos de alegría! Cada noche, durante los nueve meses que estuviste en su vientre, te imaginaba jugando conmigo. Te imaginaba yendo al colegio, tomando mi mano. E incluso, jugando en el parque. Enseñándote a escribir, y decir tus primeras palabras.
He pasado el mayor tiempo posible contigo. He hecho hasta lo imposible, porque fueses conmigo a todos los sitios.
No me he perdido ningún momento importante. Como fue, el escucharte decir tu primera palabra. El verte dar tus primeros pasos. Tus primeras caídas. Ese primer diente que se te cayó. Esos primeros exámenes que has tenido, y que has llegado a casa súper contento, por tus sobresalientes. Siempre has dicho que sacarás tan buenas notas como las mías, y que intentarás, superarme.
Que siempre seguiremos siendo, hermanitos buenos, y que seguiremos guardando secretos, que papá y mamá, no deben de enterarse!
Tequieromuchísimo, enano#
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