martes, 11 de septiembre de 2012

Quien sabe si con el tiempo...14#


Se les hizo muy tarde, ya había oscurecido. Jordi no quería que Estela volviese sola a casa, pero tampoco podía acompañarla, así que le propuso quedarse a dormir en su casa, a ella la idea le pareció genial, pero tenía que hablarlo con sus padres, tenía que avisarles, porque de lo contrario, se preocuparían mucho. Así que los llamó, los padres no pudieron oponerse. Estela pasó la noche en casa de Jordi, estaban los dos solos, pues los padres y la hermana de Jordi, se habían ido otra vez a la playa. Jordi no quiso ir, puesto que quería quedarse todos los días que quedaban con Estela, y sus padres lo entendieron.
Durmieron juntos, y pasaron toda la noche abrazados.
A la mañana siguiente, como de costumbre Jordi se levantó temprano para prepararle el desayuno a Estela.
Cuando Estela despertó, y lo vio ahí, en frente de ella, con el desayuno preparado y con una gran sonrisa en la cara, no puedo evitarlo, y lloró. No le dijo nada solo lo abrazó.
Jordi se sorprendió, y le preguntó qué le pasaba. Le dijo que ya no podía más, que no quería separarse de él. Que no quería perderlo, que sabía perfectamente, que al poco tiempo de irse ella, él estará con otra, que no se tendrá que ir a otro país, que estará con él siempre, y que eso, le dolía.
Jordi le dijo que no tenía de que preocuparse, y que además a él le pasa lo mismo, tiene el mismo temor. Pero que sabe perfectamente que el amor de los dos es tan fuerte, que a pesar de que hayan muchísimos kms de por medio, y de que aparezcan muchas personas en sus vidas, nada hará que el uno se olvide del otro. Que por lo menos  para él, ella era el amor de su vida, y que por muchas cosas que pasasen, jamás la olvidaría.
Estela pensaba igual que él, pero aún así, no podía dejar de darle vueltas al asunto.
Después de desayunar, se duchó, y se arregló, Jordi la llevó de vuelta a casa sobre las dos. En casa de Estela el almuerzo ya estaba casi listo, así que la madre de Estela invitó a Jordi, a que se quedase a comer, y él, no se negó.
El padre de Estela les preguntó que tenían pensado hacer esa tarde, y sinceramente, ninguno de los dos tenía pensado nada. Así que les dijeron que hablarían con algunos amigos, para ver qué hacían esa tarde.



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