Se les
hizo muy tarde, ya había oscurecido. Jordi no quería que Estela volviese sola a
casa, pero tampoco podía acompañarla, así que le propuso quedarse a dormir en
su casa, a ella la idea le pareció genial, pero tenía que hablarlo con sus
padres, tenía que avisarles, porque de lo contrario, se preocuparían mucho. Así
que los llamó, los padres no pudieron oponerse. Estela pasó la noche en casa de
Jordi, estaban los dos solos, pues los padres y la hermana de Jordi, se habían
ido otra vez a la playa. Jordi no quiso ir, puesto que quería quedarse todos
los días que quedaban con Estela, y sus padres lo entendieron.
Durmieron
juntos, y pasaron toda la noche abrazados.
A la
mañana siguiente, como de costumbre Jordi se levantó temprano para prepararle
el desayuno a Estela.
Cuando
Estela despertó, y lo vio ahí, en frente de ella, con el desayuno preparado y
con una gran sonrisa en la cara, no puedo evitarlo, y lloró. No le dijo nada
solo lo abrazó.
Jordi
se sorprendió, y le preguntó qué le pasaba. Le dijo que ya no podía más, que no
quería separarse de él. Que no quería perderlo, que sabía perfectamente, que al
poco tiempo de irse ella, él estará con otra, que no se tendrá que ir a otro
país, que estará con él siempre, y que eso, le dolía.
Jordi
le dijo que no tenía de que preocuparse, y que además a él le pasa lo mismo,
tiene el mismo temor. Pero que sabe perfectamente que el amor de los dos es tan
fuerte, que a pesar de que hayan muchísimos kms de por medio, y de que aparezcan
muchas personas en sus vidas, nada hará que el uno se olvide del otro. Que por
lo menos para él, ella era el amor de su
vida, y que por muchas cosas que pasasen, jamás la olvidaría.
Estela
pensaba igual que él, pero aún así, no podía dejar de darle vueltas al asunto.
Después
de desayunar, se duchó, y se arregló, Jordi la llevó de vuelta a casa sobre las
dos. En casa de Estela el almuerzo ya estaba casi listo, así que la madre de
Estela invitó a Jordi, a que se quedase a comer, y él, no se negó.
El
padre de Estela les preguntó que tenían pensado hacer esa tarde, y
sinceramente, ninguno de los dos tenía pensado nada. Así que les dijeron que
hablarían con algunos amigos, para ver qué hacían esa tarde.
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