lunes, 8 de julio de 2013

Quien sabe si con el tiempo... 17#

La noche se hizo muy larga, y los nervios invadían el cuerpo de Estela. Sus horas de insomnio empezaron, a penas eran las dos de la mañana y ella ya no podía dormir. Cogió el móvil, empezó a leer tweets y  más tweets, vio que tenía muchos mensajes en Whatsapp pero sabía que si se conectaba empezarían a preguntarle qué hacía a esa hora despierta, si hacía mucho que se fue a dormir, así que prefirió seguir en Twitter en él nadie la atosigaría, solo era cuestión de no twittear nada, solo leer y leer, y como mucho FAV.
Ya eran casi las cuatro, empezó a sentir mucha calor, así que se levantó a beber agua para refrescarse un poco, sabía de sobra que noches veraniegas tan calurosas como esas no volvería a pasarlas quién sabe durante cuánto tiempo.
Se cansó ya de Twitter, así que se dispuso a escuchar música, y como siempre le dio a aleatorio y por arte de magia empezaron a saltar canciones tristes, intentó evitarlas, pero no había remedio, sabía perfectamente que había cierta unión entre sus sentimientos y el aleatorio de su móvil.
Cuando le empezó a entrar sueño ya eran casi las cinco y media, sabía que a las seis tenía que estar ya en planta, porque no había preparado nada para la playa y sabía perfectamente que tarda bastante en hacer la maleta, es cierto que no tenía que llevar muchas cosas, pero aún así le gusta estar siempre prevenida por lo que tenía que llevar hasta la mínima tontería.
Finalmente se quedó dormida y se despertó con el tiempo justo, así que cogió lo primero que pilló y apenas desayunó. Fue al cuarto de sus padres que aún estaban durmiendo y se despidió de ellos.
Estela llegó la primera al encuentro como de costumbre, a pesar de que odiaba tener que esperar a los demás no podía evitar dejar atrás esa puntualidad que llevaba en el cuerpo.
Como siempre  fue Sheila la que llegó tarde, Estela iba a echarle la bronca como siempre hace cuando Sheila llega tarde, pero pasaba de cabrearse, sabía que serían los últimos días, y quería en cierto modo recordar siempre a Sheila como la que siempre llega tarde a todos los sitios. La gran sonrisa con la que llegó Sheila hizo que Estela reflexionase, a Sheila le sorprendió y no pudo evitar resaltar eso y le dijo "Hey gruñona, cómo es que hoy no me echas la bronca por llegar tarde?", Estela no pudo evitar contestarle con una sonrisa y añadir "Anda, calla, que calladita estás más guapa, cielo".
Con esto daban comienzo los últimos días con sus amigos, días que jamás olvidaría. Todo debía de salir, aunque no perfecto, porque sus amigos eran de todo menos personas normales y ella lo sabía, pero también sabía que las mejores personas son de todo menos normales.

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