viernes, 27 de julio de 2012

Quien sabe si con el tiempo...6#

Subió en el coche, era la primera vez que veía a los padres de Jordi, y a su hermana. A pesar de que cuando eran peques, viviesen en frente.
Los saludó muy educadamente, parecían súper simpáticos. Realmente lo eran, dejando que su hijo, llevase a una amiga que no habían visto nunca, a la playa, durante una semana.
La pequeña Aurora, era muy cotilla, no dejaba de hacerle preguntas. Y al igual que sus compañeros de clases, decía que ella y su hermano eran novios, y que se querían. Jordi y Estela sonrojaron como de costumbre. En ese momento, los padres los miraron, y no sabían que hacer, así que se pusieron a mirar por la ventanilla.
Hubo un largo momento de silencio. En eso, Jordi y Estela se pusieron a hablar, pero no muy alto, pues a los dos les daba vergüenza. La madre les dijo que podían hablar con total tranquilad, que hiciesen como si estuviesen solos. Pero eso no podía ser así, Aurora se metía en la conversación cada dos por tres, preguntando cosas absurdas.  Estela no tenía mucha paciencia que digamos, pero siempre le han conmovido los niños más pequeños que ella. Cuando era pequeña odiaba que los mayores se sintiesen superiores, y por eso, siempre le hacía caso a los pequeños.
En un pequeño descuido, Jordi agarró la mano de Estela, ella lo notó, miró su mano, y luego lo miró a él, y sonrió. Jordi hizo lo mismo.
Jordi fingió que ya estaba harto de tanto viajar y que estaba muerto de sueño, pero era absurdo, llevaban tan solo 45 minutos de viaje. Le preguntó a Estela si podía apoyarse en su hombro, para intentar dormir un rato. Estela no pudo negarse. Jordi se apoyó en el hombro de Estela, y le susurraba al oído: “Te quiero, sabes que eres la mejor”. Ella lo miraba, y sonreía, le decía que dejase las tonterías, y que se durmiese. Él no le hacía ni puñetero caso, al contrario, estaba más despierto que nunca, tocándole el pelo, acariciándole la cara dulcemente, y susurrándole palabras bonitas, Estela cada vez estaba más roja.
Después de una hora de viaje, hicieron una parada en un restaurante, Jordi acompañó a Estela al baño. En el restaurante había mucha gente, y tuvieron que pasar, empujando a la mayoría. Cuando salieron, Jordi se apoyó fuertemente sobre los hombros de Estela, ella le dijo que se estuviese quieto. Jordi se puso en frente de ella, prohibiéndole el paso. Estuvieron así, unos diez minutos, cuando ella intentaba pasar, él la agarraba, y la abraza fuertemente. Todo ese tonteo fue muy bonito, hasta que llegó Aurora, gritando que ya se iban.


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